viernes, 26 de febrero de 2010

EL GANCHO, PUERTO VENECIA Y LA POLITICA

Puerto Venecia, invadiendo la estepa zaragozana

Tratando de ahorrar unos cuantos euros, me disponía hace unos días a pagar con adelanto una multa por aparcamiento en el Cuartel de la Policía Local de la calle Domingo Miral. Me llevé una desagradable sorpresa cuando me indicaron que la gestión no la podía realizar allí porque todo el operativo de multas se había trasladado al nuevo Cuartel que se ubica en el tercer cinturón, al que sólo podía acceder en coche y no con transporte público o a pie como pretendía.

A la mañana siguiente me desplacé con el coche hasta el nuevo Cuartel para dejar resuelta la sanción. Al salir del entorno de éste me vi abocado, sin pretenderlo, hacia el centro comercial Puerto Venecia pasando por las zonas donde contemplé por primera vez que se estaban construyendo cientos de viviendas.

Le puse imagen y perfiles a un entorno que me pareció duro y deshumanizado, como una especie de “anticiudad”. Dentro de la angustia de la que fui presa realicé instintivamente una “escapada hacia delante” y me dirigí a la búsqueda del entorno que está urbanizándose en Arcosur para construir miles y miles de viviendas.

La sensación de desolación se hizo más intensa y comenzaron a asaltarme interrogantes y cuestiones que se dirigían directamente a mi condición de “ciudadano político”: pero ¿en qué manos estamos?; ¿cómo es posible que hayamos consentido este despropósito, esta ruptura de la ciudad, cuando Zaragoza cuenta con decenas de miles de viviendas vacías?; ¿por qué las constructoras están convirtiendo Zaragoza en una ciudad “a la americana”?; ¿quién ordena el territorio en esta ciudad y en esta tierra?; ¿cómo es posible está paradoja insostenible en la ciudad que ha pretendido sentar cátedra de la sostenibilidad mundial?; ¿cuándo se ha producido el debate público a fondo sobre la ciudad que queremos?; ¿cómo no hemos reaccionado antes?; ¿en que estado de “aletargamiento” estamos los ciudadanos?...

Tal vez alguien piense que soy un ciudadano antiguo y desclasado. Vivo en el Gancho, compro en el Mercado Central y en las tiendas del barrio, me gustan mucho más las torres de la Magdalena y San Pablo que la Torre del Agua o el Pabellón Puente, y prefiero el bullicio y los “conflictos” de la ciudad consolidada a la sórdida y sostenible frialdad de los “barrios sobrevenidos”.

No soy persona de nostalgias y lamentos que paralizan. Aunque me siento corresponsable, por inhibición y por inconsciencia, de esta “barbaridad histórica” tiendo a ocuparme del presente y de sus brechas y posibilidades.

Vuelvo así a mi barrio dándole vueltas a la cabeza. Tal vez no resulta fácil retomar protagonismo en este tiempo de desconfianza y desesperanza pero estoy convencido de que “nadie nos va a sacar las castañas del fuego”.

Me convenzo a mí mismo de que merece la pena “construir ciudad” y le veo sentido y perspectiva a las pequeñas cosas que podemos intentar cada día: dialogar todo lo posible en casa, ejercer una vecindad acogedora, informarnos y formarnos de manera continua y en la medida de nuestras posibilidades, apoyar a los pequeños comerciantes y emprendedores de nuestro entorno, participar en las organizaciones del barrio y de la ciudad que trabajan por el bien común con una mirada global, hablar con nuestro Alcalde y con los políticos para hacer posible que su agenda esté vinculada a nuestros problemas y sueños, limitar nuestro consumo al máximo para compartir con quien lo está pasando peor aquí o en cualquier parte del mundo, no alimentar el pesimismo y la desmovilización, utilizar el transporte público…

Puede resultar extraño o demasiado simple pero no se me ocurre otra forma de hacer política. Tal vez el gran evento que transformará sustancialmente Zaragoza tenga que ver más con una política “cuidadana” (“somos cuidadanos”) que se base en el protagonismo y el cuidado mutuo y cotidiano de los casi setecientos mil vecinos que en las búsqueda insaciable de nuevos “Dorados” (Las Olimpiadas, la Capitalidad Cultural, Expofloralia, el Campo de fútbol de cinco estrellas….).

¡Es el momento de la Política, de las elecciones decisivas de cada día! ¡Tenemos la palabra!

Jose Luis Terol, miembro A.VV. Lanuza Casco Viejo y de la Plataforma Ciudadana Ciudad Compacta 2014

jueves, 25 de febrero de 2010

LA EXPO DE LAS ONDAS



En el Actur, de 30 Bases de Telefonía Móvil (antenas) contabilizadas en el mes de Mayo 2009, cuando empezamos la lucha contra la antena que nos intentan poner en la C/ Emilia Pardo Bazán 12, hemos pasado a 36 en menos de seis meses. Crecen como setas. El Meandro de Ranillas se lleva la palma, con 15 Bases de Telefonía. Solo el Acuario, ya tiene instaladas tres en su azotea, donde hay una terraza de verano y un restaurante. También han aumentado en el edificio DHC (calor y frío), así como en los pabellones Expo.

Sin contabilizar están las dos nuevas Bases de Telefonía en el lado de La Almozara en el Telecabina y en el Pabellón Puente. Total 17 Bases de telefonía en la Zona Expo, lugar al que algunos empiezan a llamar “Parque de las Ondas”, en vez de Parque del Agua, haciendo de él un espacio poco tranquilizador para disfrutar con tus hijos.

Los ciudadanos no sabemos nada de nada: si están a nombre del Ayuntamiento, si están realquiladas, quien las contrata, si es espacio público quien se beneficia, si tienen permiso municipal, si cumplen las leyes vigentes o las ordenanzas municipales, ni quien controla las emisiones, o quien hace las mediciones, si hay estudios epidemiológicos en las zonas afectadas, o si se tiene en cuenta las zonas sensibles de 100 metros: Como parques públicos, escuelas, guarderías, institutos, hospitales, centros de salud, centros geriátricos, etc. tal y como establece la Orden del Ministerio de Ciencia y Tecnología CTE/23/2002 y demás leyes.

Las actuaciones de las operadoras de telefonía móvil son muy sencillas, primero las instalan y luego comienzan los trámites de legalización, las ocultan al ciudadano y, o, las disimulan como si fueran chimeneas, las instalan a escondidas e incluso por la noche. Grande es la controversia y ocultismo por parte de estas empresas, por cierto muy poderosas por su dinero y por su capacidad para influir ante los gobiernos, con una actividad empresarial muy versátil y caprichosa que no tiene en cuenta al ciudadano y que buscan su rentabilidad por encima de todo.

Los ciudadanos de a pie pedimos: que se controle esta actividad con leyes nuevas y con las recomendaciones internacionales, que haya controles y mediciones, que se haga un mapa de antenas en la ciudad y que de una vez, se hagan estudios epidemiológicos en las zonas afectadas, que se cumplan los 100 metros de las zonas sensibles, guarderías, colegios, centros sanitarios, parques y geriátricos, que se comunique a los vecinos afectados, que no instalen primero y se legalicen después, que se justifique la nueva instalación de la antena, ya que a día de hoy hay cobertura de todas las compañías en la ciudad.

¿Por qué instalan más antenas, sobretodo de tecnología UMTS? ¿Nos intentan vender el acceso a Internet sin hilos? ¿Es eso telefonía móvil? ¿Es eso interés público?, o privado. Hay tecnologías inocuas para el ciudadano como la fibra óptica y el cable coaxial. ¿Tienen que pasar por mi cuarto de estar esas ondas electromagnéticas, aunque yo no las utilice?

Existe una violación de mis derechos ciudadanos dentro de mi casa. Por ello, una de las preguntas que me hacía antes toma mayor relevancia; ¿cuándo y cómo se me ha expropiado mi domicilio para que Grandes Compañías ajenas a mis intereses se lucren y den un servicio que, probablemente, tan siquiera me interesa?.

Todo esto, lo que en realidad está suponiendo, además de un claro atentado contra la inviolabilidad de mi domicilio, es un atentado contra otros derechos a los que, de ningún modo me pueden obligar a renunciar. Esto es: “Salud, Propiedad y Libertad Personal”.

Si pasan las ondas por el hormigón, fachada, puertas y ventanas. ¿Qué no harán cuando pasen por el cuerpo humano? ¿Y por el cuerpo de los niños, mayores y enfermos? ¿Qué medidas toma Sanidad ante este riesgo, por el cual muchos vecinos acusan de padecer enfermedades neurológicas?, y que también está siendo denunciado por la Comunidad Científica Internacional. Si yo no quiero que me irradien, ¿qué defensa tengo ante esta actividad? ¿Cuáles son las libertades individuales? ¿Me ampara la Constitución?

Y a todo esto, nos quieren poner la Expo-Paisajes 2014, y yo me pregunto: ¿Igual quieren poner antenas de telefonía a cada lechuga? Como han hecho con la Expo 2008.
Estas y otras preguntas nos hacemos los ciudadanos, a los que la ambigüedad, cuando no el silencio, nos hacen pensar que algo muy oscuro hay de tras de todo esto. Por eso estamos tan recelosos, por eso debemos ponernos las pilas, exigir respuestas y, en su caso, responsabilidades.


Jesús Pariente Becerra/Vicepresidente y responsable de Medio Ambiente de la A.VV. Puente Santiago-Actur

Artículos relacionados:
Estudios científicos sobre efectos de los CEM, por J.M. Puértolas/ Crónica de Aragón

viernes, 19 de febrero de 2010

EL MERCADILLO AGROECOLÓGICO SE REANUDA

Día de mercadillo en San José. Julio, 2009

El mercadillo agroecológico que se veía celebrando dos veces al mes en Zaragoza capital, vuelve a reanudarse. El caledario queda como sigue:

20 de febrero, BARRIO PARQUE GOYA, en el Pº Rafael Esteve (buses nº 29, 35 y C2)

6 de marzo en la plaza Sinués Urbiola, detrás del Teatro Principal

20 de marzo, BARRIO LA MADALENA (Colegio Tenerías: esquina Coso con Pº de Echegaray y Caballero)(Líneas de autobuses nº 21, 22, 32, 35, 39 y 45)

10 de abril en la Plaza Sinués Urbiola, detrás del Teatro Principal

Más información en Mercado Agroecológico de Zaragoza.

sábado, 6 de febrero de 2010

LA HUERTA DE ZARAGOZA: SU NULA VALORACIÓN POR LOS AYUNTAMIENTOS DE LOS ÚLTIMOS 70 AÑOS

La huerta de Zaragoza tiene varios siglos de historia. A las ya centenarias acequias que arrancaban de los ríos Huerva, Gállego y Jalón, la traída de aguas del Canal Imperial en 1786 supuso la transformación de más de 9000ha en tierras de regadío en los alrededores de la ciudad.

Se ha necesitado agua pero no nos olvidemos que ya teníamos el suelo agrario que lo han ido aportando los ríos citados y sobre todo el Ebro, que ha sedimentado durante milenios creando una llanura de inundación que en Zaragoza se extiende desde las terrazas de Torrero hasta los escarpes de yesos de Alfocea y Juslibol. Más de seis kilómetros de anchura, y todo ello reforzado por las llanuras de inundación de las desembocaduras del Gállego y Huerva.



El cénit del apogeo de la Huerta de Zaragoza, tanto en extensión como valoración del quehacer productivo agrario zaragozano, se alcanza a principios del siglo XX con unas huertas que se podían comparar con las mejores de Valencia y Granada. A partir de ese momento el declive debido por una parte a la falta de valoración de la agricultura y por otro a los continuos bocados que causa el desarrollo urbano de Zaragoza que va haciendo desaparecer esta huerta varias veces centenaria.

En el primer tercio del siglo XX desaparece la huerta de Santa Engracia. Restos de esa huerta aún permanecía a finales de la década de 1950 alrededor de León XIII , Francisco de Vitoria y Maria Lostal. En los años 1920 se abre el Parque Grande sobre huertas del Canal y se va desarrollando el ensanche zaragozano de la Gran Vía, Paseo Pamplona y Paseo Maria Agustín sobre huertas regadas por derivaciones de la huerta de la Romareda.

Y en décadas sucesivas fueron cementándose gran parte de la Huerta de Las Fuentes próximas al Camino de Las Torres y Colegio de Los Agustinos, zonas regadas por la acequia del Rabal en el actual Barrio del Actur en las décadas de los 70, o las ocupadas por los polígonos industriales de Cogullada y Malpica al que siguieron los desarrollos urbanísticos de Bombarda, Monsalud y Miralbueno.

Más recientes han sido las ocupaciones de la Huerta de Miraflores, del barrio de Santa Isabel en suelos regados por la acequia de Urdan, culminando con la ocupación del meandro de Ranillas con la celebración de la Expo 2008.

Muchos de los barrios zaragozanos se asientan sobre la llanura de inundación del Ebro, Gállego o Huerva salvo contadas excepciones; una de ellas sería Torrero .

Paralelamente a esta desaparición del suelo agrario ha sido la nula valoración del trabajo de nuestros agricultores unido al hecho de la globalización que nos permite traer productos de lugares situados a miles de kilómetros sin el límite del carácter estacional de los productos y basado en la idea del consumo ilimitado.

Los distintos gobiernos del Ayuntamiento de la ciudad han apoyado durante estas últimas siete décadas esta desaparición de la huerta que se ha utilizado para políticas especulativas ligadas al desarrollo urbanístico. Ningún apoyo para el desarrollo de programas y parques agrícolas que hubieran asegurado productos frescos, cercanos, con calidad y seguridad alimentaria.

En la década de los 90 Ebropolis planteó una Mesa de la Huerta que hubiera disminuido nuestra huella ecológica. Al final fracasó por falta de apoyos políticos.

Y sin embargo Naciones Unidas avisa del peligro de aumento de urbanización de las metrópolis con el que se agota un recurso frágil y no renovable como es el suelo agrícola.

Huerta de Las Fuentes (Zaragoza). Marzo, 2009

Pero en vez de llevar políticas que hayan contando con los sindicatos agrarios, con las escuelas de formación agraria que aseguren la continuidad de productividad de las miles de has que hay todavía en nuestro término municipal desarrollando la figura del parque agrario, nos lanzamos a potenciar eventos con objetivos de flores, paisajes y lo que es más grave con la destrucción de nuestra agricultura. Nada de potenciar los productos agrícolas del Valle Medio del Ebro

En estos últimos meses el Comité de Agricultura Ecológica y UAGA han potenciado unos mercados ecológicos con el apoyo de ANSAR y otros colectivos ecologistas y la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza y que están teniendo un gran éxito de público.

Que cunda el ejemplo y que se extienda. Es posible que aún estemos a tiempo de salvar el resto de huerta que aún nos queda.

Mariano Mérida Salazar. ANSAR. Febrero, 2010


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Reflexiones en torno a los parques agrícolas periurbanos

SÍMBOLOS DE LA CIUDAD


Disfruto paseando por los senderos del Ebro. Fueron obras complementarias de la Expo; no la necesitaban. Voy contracorriente, intentando leer en el eje más simbólico de la ciudad los significados de los antiguos y de los nuevos iconos de la Zaragoza del XXI, como les gusta a algunos predicadores de la autoestima. Dejo atrás el azud, convertido en símbolo de la inflexibilidad política y de la pérdida del sentido de la realidad. Lo que lo hace más lamentable es el tamaño de los barcos: pequeñas embarcaciones nos harían más autónomos, sería más barato y agradable, aunque menos parisino.

Río arriba, los leones del Puente de Piedra, las distintas torres de la ciudad bimilenaria aparecen cargados de significado y sentido. De valores que dan identidad cultural a la ciudad porque han sido interpretados, aceptados e interiorizados por la mayoría de los ciudadanos. Símbolos que con la secularización han evolucionado hacia valores democráticos, pero siguen siéndolo del poder religioso.

Entro en el recinto de la Expo. Identifico el antiguo pabellón del Faro, donde debatían las oenegés los problemas mundiales del agua, mientras jefes de Estado e intelectuales lo hacían en el pabellón de al lado, para juntar luego conclusiones. No he entendido esa separación y unión. La maqueta del Faro me recuerda la película "Cariño, he encogido a los niños". Siento no saber quiénes son los padres. Quizá la maqueta es una urna que guarda, incorrupta, la Carta del Agua para mejores tiempos.

El pabellón símbolo de los movimientos sociales, constructivamente el más coherente con los principios de la Expo, no pudo ser salvado. Los padres no le vieron sentido ni utilidad. Solución, encogerlo "in des-memoriam". Todos a casa que vienen las empresas ¿Vendrán?

La Torre del Agua, icono por excelencia, que no sé interpretar y será gestionada por la CAI, hoy aragonesa y mañana ya se verá. Como dice mi amigo Alberto, es una torre hueca y más hueca después de trocear la escultura que contenía y que, de momento nadie ha querido reinstalar.

El Pabellón Puente. Lo atravieso, propongo llamarlo puente para que produzca menos frustración. Es el equipamiento más caro de la ciudad. Parecería que primero se eligió una firma de prestigio mundial y luego se sejó a su genialidad la obra a realizar. Y la rutilancia de la firma sedujo a los gestores y ahí está el pabellón, esperando el uso que Ibercaja definirá. Segundo símbolo gestionado y mantenido por otra caja de ahorros. Imagino que gratuitamente no lo hacen y para tener pérdidas, tampoco. No lo entiendo me falta información y que alguien lo explicara bien.

Entre los símbolos post-Expo, gestionados por las cajas, y los tradicionales, en manos de un poder religioso secularizado, me quedo con los leones, los senderos del río y seguir trabajando para que Zaragoza sea identificada como la ciudad con la tasa mas alta de teatros, librerías, cines, auditorios, lectores, espectadores..... y la más baja de abandono y fracaso escolar, con las mejores políticas de reinserción, con las mejores cualificaciones profesionales y centros de investigación. Y si es verdad que muchos nos apuntamos a esto, pues a trabajarlo. Y las instituciones, a materializarlo en los presupuestos y en el abandono de las aventuras de la agenda política: campo de fútbol nuevo, Expofloralia, capital cultural... El exceso de autoestima se llama megalomanía y la megalomanía deforma la realidad y hace pequeñitos a los ciudadanos.

Alfredo Pérez Palacios, sociólogo/ Heraldo de Aragón, 3.feb.2010

jueves, 4 de febrero de 2010

INTERVENCIÓN EN EL PLENO MUNICIPAL

Según consta en el acta del Pleno de fecha 11 y 12 de noviembre, la votación de la propuesta de resolución en la que se pedía el apoyo a la realización de Expo Paisajes 2014 fue rechazada con los votos de los grupos municipales de Izquierda Unida, Chunta Aragonesista y Partido Popular.

A los pocos días, tras dudar si se llevaba o no a otro lugar, el Alcalde de Zaragoza se ratificaba en su propuesta de celebrar la Exposición en la desembocadura del Gállego y anunciaba que sería el equipo de Gobierno que ganase las próximas elecciones quien decidiría sobre la realización del evento.

A pesar de ello la Corporación Municipal sigue destinando presupuestos sin esperar a las próximas elecciones y en las partidas presupuestarias de 2010 se incluyen tres partidas destinadas a dicho evento, como se deduce de las declaraciones del propio Consejero de Cultura y Grandes Eventos como por el hecho de que el resto de los eventos competencia de la Delegación de Grandes Eventos, cuentan con partidas específicas:

GPY 724 22690 Grandes eventos, proyección, imagen exterior y demás actuaciones. Importe: 150.000 euros.
GPY 724 22690 Actividades diversas Grandes Proyectos. Importe: 18.000 euros.
GPY 724 22760 Actuaciones y asistencias técnicas Grandes Proyectos.
Importe: 100.000 euros.

Por ello, distintas entidades que conformamos La Plataforma Ciudad Compacta hemos presentado alegaciones para eliminar del presupuesto esas partidas económicas destinadas a financiar un evento para el que no hay acuerdo plenario
La Plataforma ciudad compacta de Zaragoza observa con gran preocupación el modelo de desarrollo de la ciudad del actual gobierno municipal basado en la celebración periódica y sistemática de grandes eventos.

En un contexto de grave crisis económica es obligado invertir con equidad y repensar el uso que hacemos de los recursos económicos, naturales y sociales, sin embargo esto no parece preocupar a nuestro equipo gobierno, solo preocupado por mantener a la ciudad en una fiesta continua hasta el 2022 pero renunciando a invertir en los barrios, desatendiendo las prioridades sociales y ambientales de la ciudad, aunque aparentemente menos vistosas que los campos de futbol, pistas de hielo, villas olímpicas etc...

Por ello, distintas entidades que conforman la Plataforma Ciudad Compacta han presentado alegaciones para eliminar del presupuesto las partidas económicas mencionadas y que en su lugar se destinen a las necesidades de rehabilitación de los barrios y a la creación de un parque agrícola periurbano que potencie las funciones productivas de los espacios agrícolas y que permita ofrecer productos de proximidad y ecológicos a la ciudad.

Asimismo apoyamos el mercadillo agroecológico que desde junio de 2009 se ha empezado a desarrollar en nuestra ciudad y solicitamos se arbitren las medidas que permitan su mantenimiento en todos los barrios de la Ciudad. La excelente acogida de la población demuestra que la ciudadanía demanda otro tipo de producción y consumo y los mercadillos no sólo constituyen un espacio de venta sino también un espacio educativo, de sensibilización y de dinamización de los barrios.

Plataforma Ciudad Compacta 2014. Zaragoza, 5 de febrero de 2010

martes, 2 de febrero de 2010

LA DEFENSA DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO, UNA CARRERA DE OBSTÁCULOS

Más que nunca las actuaciones en patrimonio cultural en Aragón, especialmente en lo referente a la arquitectura y a los centros históricos, se inscriben en buena medida en un modelo obsoleto, con operaciones mayoritariamente dirigidas a lo Monumental, a lo Arqueológico y a la renovación de los Conjuntos Históricos. En la práctica se define por su opacidad y ausencia rumbo, clientelismo, cateta obstinación, auspiciadora de los arribistas, dilapidadora del dinero público. Sigue sin aceptarse la participación ciudadana libre, no sujeta a los dictados políticos y todo ello a pesar de que gozamos de suficiente legislación protectora. En pocas palabras, hasta el 2009 la defensa del patrimonio arquitectónico no deja de ser toda una carrera de obstáculos. Desde el Gobierno de Aragón y desde muchos Ayuntamientos se está propiciando una política en patrimonio cultural de rentabilidad de imagen y conviene matizar, que éste, muy extenso en su contenido, forma parte de la ordenación del territorio, del paisaje, del medioambiente y por supuesto del urbanismo.

El especialista en jurisprudencia sobre patrimonio histórico, Pérez de Armiñán, presidente de Hispania Nostra, ya en 1997 se quejaba, “cada vez tenemos más restauración de monumentos y menos Patrimonio Histórico”. Esto ocurre incluso en operaciones que se venden muy a menudo como restauración y rehabilitación arquitectónica, procedimientos a menudo fraudulentos por cuanto suponen en la práctica perder la esencia del valor del supuesto bien a proteger, bien sea por vaciamiento (fachadismo) o alteración estructural incontrolada de los edificios históricos (sobreexplotación de monumentos), circunstancia que se suele dar a menudo en los concursos públicos, viciados por la propia administración ya de salida como consecuencia de las prescripciones técnicas impuestas, lo que hace casi inviable la conservación de los valores históricos del inmueble (¿qué va a pasar con el palacio Fuenclara de Zaragoza y con el antiguo Edificio-Hogar de Teruel propuesto para Museo Nacional de Etnografía?). Tampoco se puede obviar la formación de los profesionales de las Escuelas Técnicas Superiores de Arquitectura cuyos estudios reglados durante muchas décadas no han favorecido para nada el imprescindible conocimiento en historia de la arquitectura y de la restauración arquitectónica. Quede bien claro que Apudepa está a favor de la arquitectura del movimiento moderno y de la contemporánea pero no de la destrucción de la arquitectura histórica y tradicional a costa de las actuaciones modernas.

Desde nuestro punto de vista las actuaciones de los últimos años en Aragón conculcan en abundantes casos nuestra Constitución vigente por cuanto en ésta se recoge textualmente que “los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España… la ley penal sancionará los atentados contra ese patrimonio” (art. 46). ¿Cumple el departamento de patrimonio Cultural de la DGA con estos objetivos? ¿Lo hacen los Consistorios municipales?

De la Constitución Española de 1978, de la UNESCO y de la Comunidad Europea, se derivan las actuales leyes que protegen nuestro patrimonio cultural. Advertiremos ya de entrada que si la legislación española “mal se cumple”, no decimos nada lo que está sucediendo con las leyes a nivel internacional. En la práctica, lo referente a la “Convención sobre la protección de patrimonio mundial, cultural y natural“ (UNESCO, 1972) se aplica de “aquellas maneras”, pues a resultas de la misma hoy día es impresentable la paradójica “ausencia de camino” que presenta el estado actual del ramal norte del el Camino de Santiago a su paso por el embalse de Yesa y ¿qué podríamos decir del reciente expolio de Cueva Chaves dentro del entorno protegido de Chaves I, II y III, patrimonio mundial por sus pinturas rupestres? De los tres Convenios del Consejo de Europa suscritos por España, el Convenio Europeo para la Salvaguarda del Patrimonio Arquitectónico de Europa (1985), el Convenio de Aarhus sobre Participación Ciudadana (2004) y el Convenio Europeo del Paisaje (2008), poco hay que decir de su aplicación, ¿acaso han leído Vds. que la administración informe en prensa qué son los Convenios Europeos y sobre su contenido? Misterio. Es obvio que ni los unos ni los otros se conocen por el ciudadano a nivel de calle, lo que no es de extrañar, por cuanto desde la administración ni se promueve la información, ni la educación, ni la participación de los aragoneses en la conservación del Patrimonio Cultural. La autarquía define al departamento responsable de la DGA.

De las leyes de patrimonio cultural de 1985 y 1999 destacaría por su importancia la presencia del Catálogo del Patrimonio Cultural Aragonés registro administrativo que controla la DGA pero su página www.patrimonioculturaldearagon.com/ no cumple los objetivos mínimos: es incompleto el mencionado Catálogo y su contenido resulta de búsqueda tortuosa para cualquiera. También son importantes los Catálogos de los PGOU municipales pero muchos núcleos urbanos no los ponen en los medios telemáticos. Pongamos dos ejemplos, el Ayuntamiento de Zaragoza muestra bien las fichas catalográficas de los edificios históricos pero en Ejea de los Caballeros no se puede entrar al Plan General de Casco Histórico ni al PERI correspondiente porque aunque figuran los archivos como tales no se abren en su página web (www.ejea.net/nueva/index2.php , urbanismo, planeamiento). Por otra parte que los edificios figuren en el Catálogo no es ninguna garantía: unos inmuebles se descatalogan sin más; otros se dejan arruinar por la propiedad, ruina técnica y/o económica, con la beneplácito del Ayuntamiento. Tampoco es baladí que a menudo los mecanismos de selección son arbitrarios pues algunos edificios de interés no se catalogan y “naturalmente” muchos acaban en la ruina. Ni tan siquiera el catálogo es garantía de conservación ya que los Ayuntamientos para evitar esos vicios tienen obligación de dictar la correspondiente “orden de ejecución”. Sencillamente no lo suele hacer y para comprobarlo no hace falta nada más que darse una vuelta por los pueblos aragoneses. De todo ello se podría publicar un diccionario de la desidia administrativa.

Dicho lo anterior, es evidente que la falta de formación e información en esta materia hace que los ciudadanos se desentiendan del asunto y que la arquitectura popular e histórica sea pasto del derribo. En los centros históricos de cierta entidad el proceso que se sigue es el siguiente: dejar degradar los inmuebles; a continuación se abandona el lugar por los residentes de siempre y las “viejas” viviendas se ocupan por pobres, gitanos e inmigrantes hasta que los puedan echar para revalorizar el suelo. Detrás, los especuladores de turno. Zaragoza, Calatayud, Huesca y Fraga son ejemplos evidentes de mala gestión de los centros históricos con su constante renovación y actuación de fachadismo (mantenimiento casi exclusivo de las fachadas). En contraposición, la antigua Albarracín, bien rehabilitada arquitectónicamente, es el modelo para mostrar ante España. Ni PGOU, PERIs, ARIs y ARCH, contemplados en la Leyes de 1985 y 1999, ni los fondos europeos (Urban, Feder…) han dado solución al tema que el Consejo de Europa ha definido de forma concienzuda en la “Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico de 1975,” seña de identidad de la aplicación del término “conservación integrada” para las cascos antiguos. Entre otros, las capitales de Vitoria, Santiago de Compostela y Gerona lo han aplicado.

En suma, otro Departamento de Patrimonio Cultural es posible y deseable. Hay que cambiar el rumbo. Menos autarquía departamental, más compromiso y educación, mayor participación a todos los niveles, incluida, por supuesto, la ciudadanía.

Belén Boloqui
(APUDEPA)/Heraldo de Aragón, 31.ene.2010