viernes, 22 de enero de 2010

POR QUÉ DEJAMOS DE TRABAJAR NUESTRAS TIERRAS Y EL GANADO PARA IR A COPENHAGUE.

Los agricultor@s y ganader@s, hemos llegado a Copenhague desde las cinco esquinas del planeta, abandonando nuestras tierras, nuestro ganado, nuestros bosques y también nuestras familias en los poblados y pueblos de los que venimos, para unirnos a todos los que protestan por tanta injusticia y por la incompetencia de muchos gobiernos ante la crisis climática, que se está dando hoy en día, y que se va acentuar en el futuro si no actúan con rapidez.

¿Por qué es tan importante para nosotr@s estar en Copenhague?. Existe más de una razón. Primero, para decir que el cambio climático ya está teniendo un impacto directo sobre la agricultura y ganadería: nos ha traído más inundaciones, más sequías, brotes de peste que están acabando con nuestras cosechas en muchas partes del mundo, los diferentes agentes contaminantes cuyas emisiones destruyen los ciclos naturales, etc. Así pues, nosotr@s, l@s campesin@s de la agricultura familiar hemos ido a Copenhague para decir que no vamos a pagar por sus errores, y hemos estado allí para pedir a los responsables de las emisiones que acepten sus responsabilidades.

En segundo lugar, para poner en valor algunos factores sobre quienes son en realidad los que emiten gases con efecto invernadero de origen agrícola. Los nuevos datos, publicados recientemente, muestran claramente que son la agricultura industrial y el sistema alimentario globalizado los responsables de entre 44% y el 57% del total de emisiones de gases con efecto invernadero. Estos números se pueden desglosar así: las actividades agrícolas entre el 11% y 15%, la deforestación y el desbroce causan entre el 15% y 18%, el procesado, empaquetado y el transporte de un 15% al 20%, la descomposición de los desechos orgánicos del 3% al 4%. Esto significa que nuestro sistema alimentario actual es el mayor contaminante, fundamentalmente por el modelo de comercio mundial y la agricultura industrial, en detrimento de la agricultura familiar y los productos de proximidad.

La pregunta que nos hacemos y debemos responder es ¿cómo solucionamos esta crisis climática y de hambre en el mundo y aseguramos una calidad de vida mejor para los hombres y mujeres del campo, cuando todo el sector agrícola en sí mismo está contribuyendo con más de la mitad de las emisiones?

Nosotros creemos que es en el modelo de producción industrial y el del agronegocio de las multinacionales alimentarias, donde está la raíz del problema, nunca por las producciones familiares, es decir por las pequeñas y medianas explotaciones agrarias.

La liberalización del mercado agrícola promovido por los Tratados de Libre Comercio (TLC) y por la Organización Mundial del Comercio (OMC), están igualmente contribuyendo a las emisiones de gases con efecto invernadero, debido al transporte de éstos a lo largo y ancho de este mundo, cuando a 1km de Zaragoza, Huesca o Alcañiz, se pude producir, procesar y garantizar la Seguridad Alimentaria.
Si sinceramente queremos atajar la crisis del cambio climático, la única manera existente es detener la agricultura industrial y los Agro-negocios, porque no solamente han traído la crisis climática sino también han expulsado a millones de campesin@s de sus tierras en el mundo.

Vía Campesina defiende que la agricultura familiar está enfriando el planeta. Las cifras nos respaldan y demuestran que se podrían reducir en más de la mitad las emisiones de gases efecto invernadero, recuperando la materia orgánica del suelo se reducirían las emisiones en un 20% al 35%, revirtiendo la concentración de la producción cárnica en producciones-fábricas y reintegrando la producción conjunta de cosechas y ganado se reducirían las emisiones entre un5% y 9%. Deteniendo la deforestación y desbroce que se está haciendo para producir monocultivos, como soja, se reduciría entre el 15% y18%, y por último, situando a los mercados locales y los alimentos frescos en el centro del sistema alimentario se reduciría entre otro 5% y 9%.

En resumen, extrayendo la agricultura de los Agronegocios corporativos y devolviéndola a los agricultor@s y a los ganader@s podemos reducir a la mitad la emisión total de gases efecto invernadero. Esta propuesta se llama Soberanía Alimentaria. Las soluciones hipócritas de Copenhague no nos sirven.


Eduardo Navarro Villarreal
(Miembro del CES y CESA por UAGA-COAG)/Heraldo de Aragón, 18.ene.2010

Otros artículos relacionados:
Discurso de Henry Saragih (Coord. General La Vía Campesina): Klimaforum, 07.dic.2009, Copenague

No hay comentarios:

Publicar un comentario