El estado de crisis económica, financiera, ambiental en la que estamos inmersos, como resultado de un modo de producción y consumo insostenible, hace necesario que repensemos el uso que hacemos de los recursos naturales, económicos y sociales para poder atender las prioridades que la ciudad demanda: generación de empleo estable, derecho básico de acceso a una vivienda digna para toda la población, mejora y mantenimiento de unos servicios sociales cada vez más necesarios. Pero además, la respuesta a estas necesidades hay que desarrollarla en el marco de una ciudad que valore y proteja sus paisajes y recursos naturales.
Ante esta situación, nos parece grave que se insista en la necesidad, a toda costa, de celebrar una EXPO, en la que ya no importa ni la temática, ni el lugar, con tal de que se lleve a cabo, decisión que se ve agravada por la inexistencia de espacios de información plural y de debate de las repercusiones de su celebración.
Hace unos días se daba a conocer la rehabilitación del grupo Girón en el barrio de Las Fuentes y al mismo tiempo se informaba que seguían existiendo de 8.000 a 9.000 personas en antiguas viviendas sindicales que necesitaban mejoras urgentes, mejoras que deberían extenderse a las miles de viviendas que han ido envejeciendo en muchos de los barrios zaragozanos. Si queremos una ciudad habitable, debe serlo para todos los ciudadanos y ello requiere inversiones urbanísticas, sociales y culturales que eviten la aparición de bolsas de marginación. Rehabilitaciones que además generan muchos puestos de trabajo en relación con la inversión económica realizada. Se precisa también dar uso a las decenas de edificios que han quedado en el recinto Expo 2008 y otros que lo esperan desde hace tiempo como la antigua Harinera de San José, la antigua fabrica de Giesa o el palacio de Fuenclara, entre otros, y cuya recuperación supondrían una mejora de las zonas donde estos edificios están ubicados.
En otro orden de cosas, no necesitamos la celebración de una Expo-Paisajes que nos traiga jardines japoneses sino la protección real de nuestras señas de identidad: estepas, pinares, saladas, bosques de ribera y humedales. Hay que recordar que sigue pendiente, la protección de la estepa zaragozana, paisaje que le ha valido el reconocimiento de la Red Natura 2000 europea y que sin embargo nuestro gobierno municipal ni siquiera ha sido capaz de difundir y dar a conocer sus valores al conjunto de la población.
Tampoco necesitamos de una Expo-Hortícola de 6 meses, sino la delimitación de un espacio agrícola periurbano, dotado de apoyos constantes y duraderos, que haga posible una agricultura ecológica y de proximidad que acorta la distancia entre el productor y consumidor, contribuye a mejorar y avanzar en la seguridad alimentaría, dinamiza los mercados locales y disminuye el consumo energético y las emisiones de CO2. Estas son las tendencias que en este momento existen en el mundo y que nuestro gobierno municipal debería liderar.
Mariano Mérida y Olga Conde, ANSAR/Heraldo de Aragón, 11.nov.2009
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