sábado, 21 de noviembre de 2009

LA EXPO 2014 O LOS BARRIOS

Estos días se debate sobre la capacidad de revitalización urbana que una hipotética Exposición internacional tendría en los barrios de la ciudad. Me gustaría aportar una visión de carácter urbanístico.

Debe reconocerse que la Expo 2008 ha traído algunos beneficios urbanos con grandes infraestructuras, como los puentes, el aeropuerto, los cinturones, las riberas y el parque del Agua, debido principalmente a la atracción de enormes recursos económicos públicos del Estado.

Pero también debe reconocerse que este compromiso estatal con los “grandes eventos urbanos” se asigna con carácter rotatorio, y después de la Expo de 2008 el esfuerzo estatal va a dirigirse a otras ciudades. Así se reconoció al presentar el nuevo evento en 2014 cuando se afirmó que “nadie iba a poner un euro” y que se iba a financiar por vía extra-presupuestaria por medio de convenios urbanísticos.

Tras habernos puesto al día en grandes infraestructuras y haber extendido la ciudad, es hora de mirar al interior de los barrios y la ciudad consolidada. Allí los problemas son diferentes y las políticas urbanas deben ser otras. Creo que la Expo de 2014 no es una estrategia eficaz para la revitalización de los barrios de la ciudad, por razones de falta de oportunidad e inexistencia de consenso y que hay otras formas más efectivas de conseguir la mejora de los barrios.

En primer lugar, los tiempos acelerados del evento no se acompasan al ritmo pausado y la "lluvia fina" que necesitan los barrios. Las transformaciones urbanas necesarias en San José, Las Fuentes, La Jota y en el resto de barrios de la ciudad no se pueden hacer contrareloj. Vincular la renovación urbana a una nueva Expo nos aboca a una transformación mal hecha, en la que todo está subordinado al cumplimiento de los plazos y lo importante (los barrios) se verá relegado por lo urgente (la Expo).

Todas las alternativas estudiadas se sitúan fuera del tercer cinturón. Esta posición exterior a la ciudad consolidada desvía el centro de atención de las verdaderas necesidades en el interior de los barrios, como son la regeneración del espacio público, la estructura interior de espacios verdes, la recuperación de usos comerciales y la diversificación residencial, la implantación de equipamientos próximos, etc... Además la lógica de recinto acotado del evento requiere por razones de control y seguridad, una estructura urbana cerrada en bolsa, difícil de integrar con los barrios existentes.

La excesiva superficie de 60 hectáreas necesaria para conseguir la máxima calificación en el B.I.E. es demasiado grande para integrarla en las Fuentes o La Jota. La Expo consume injustificadamente gran cantidad de recurso-suelo afectando a la regeneración urbana que puede aportar la Huerta. En el Oeste la Expo se asentaría sobre los terrenos ya transformados de Ranillas y en el entorno del AVE, aislada del barrio de la Almozara y Delicias por cinturones y autopistas.

Las exigencias del evento con dos millones de visitas previstas exigen un diseño (explanado, cerrado, y al menos parcialmente pavimentado y construido) inútil y caro de transformar para los usos urbanos posteriores. La comparación entre las alternativas de ubicación de la Expo en el Este y las propuestas de regeneración del Colegio de Arquitectos ponen de manifiesto que Expo-paisajes es una operación exterior que no entronca bien con la revitalización de los barrios.

En la actual coyuntura de crisis hay que considerar más que nunca que los recursos públicos son limitados y las inversiones en la Expo, vengan de donde vengan, se detraen de la transformación de los barrios, las políticas sociales y de empleo y las necesidades más próximas.

Debe pensarse en pequeñas intervenciones urbanas, en la participación de los ciudadanos, en los proyectos "micro", en la recuperación del espacio y la cohesión social y en la rehabilitación. Para ello es necesario mucho talento, capacidad de gestión, de propuesta y liderazgo. No se puede repetir simplonamente el modelo macro-evento. La suma de pequeños proyectos es un gran proyecto mucho más ilusionante, complejo y necesario. Debemos ser capaces de aplicar lo que en Expo 2008 hemos aprendido de concertación, de agilidad en la gestión, de ilusión y de fórmulas de patrocinio y mecenazgo, a la ciudad consolidada y los problemas reales.

Gerardo Molpeceres, arquitecto/Heraldo de Aragón, 14.nov.2009

Artículo de interés:
La Expo 20014 en la Huerta de Las Fuentes
. José Fariña, Catedrático de Urbanística

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